viernes, 14 de enero de 2011

Calemanía

El senador colorado antiestronista, luego estronista y después nuevamente antiestronista, luego mopoquista, más adelante rodriguista y después wasmosista y más adelante antiargañista para convertirse nuevamente en argañista rabioso, antioviedista, después nicanorista y por tanto proviedista, luego antinicanorista y ahora finalmente, carterista... por ahora, Juan Carlos Galaverna, goza de la más absoluta impunidad.

Hace poco confesó que cometió fraude electoral, con lo cual echó por tierra el triunfo de un candidato presidencial, y ahora se ufana de haber dado un golpe partidario-colorado en el Consejo de la Magistratura, a través de su títere en esa institución, Cristóbal Sánchez, quien al más puro estilo del lobo feroz ante Caperucita Roja se disfrazó de inocente corderito para que se lo eligiera titular del Consejo para luego actuar colorado háicha.

Unidos todos los colorados del Consejo de la Magistratura, entidad creada por la Constitución, nada menos que para seleccionar a los aspirantes a ocupar puestos en la institución que debe ser sinónimo de independencia absoluta, como lo es el Poder Judicial, solo faltaba que se pusieran el pañuelo colorado al cuello para asaltar la sesión en la que se elegía la terna para fiscal general del Estado.

No contentos con dar el golpe de nombrar a una terna con solamente candidatos colorados, se atropellaron entre Calé y Bacchetta para ocupar la primera fila de las cámaras y micrófonos a fin de adjudicarse el “triunfo” y vanagloriarse de la “intelligentzia” política del partido, a la par de reprochar a la presidenta de la “asociación de hombres libres” de descuidar las cuestiones del poder, para las cuales “gracias a Dios” están ellos atentos y prestos para actuar en defensa del partido.

Así lo entendieron también unos cuantos abogados que en tropel reprisaron la conducta a la que ya ni siquiera los seccionaleros recurren para demostrar a alguien que acaba de cometer una caca, pero que a pesar de ello, no se encuentra solo.

Sin embargo, cuando sobrevino el contragolpe oficialista y oviedista, de responder con varios nombramientos (dos ministros de la Corte, un ministro del TSJE, uno de vuelta al CM, contralor y subcontralor) entre los cuales ninguno es colorado, nadie se quiso hacer cargo de la caca y menos aún frente al señor Cartes, a quien impresionaron inicialmente con el “gran golpe de inteligencia” para seguir conservando el Ministerio Público en manos coloradas.

Lo lamentable de todo esto es que el atropello cometido colorado háicha fue respondido de la misma forma por los oficialistas y la ayuda de oviedistas, es decir burlando los más elementales principios de la racionalidad, de la pluralidad, de la legalidad, la institucionalidad y por tanto de la democracia misma.

Los diputados nombraron nuevamente a Gustavo Mussi como representante ante el Consejo de la Magistratura, olvidando que este personaje fue quien cajoneó la terna para ministro del TSJE, dado que no cerraban los números para que el candidato oviedista fuese elegido de la terna.

Los senadores, a su vez, nombraron dos ministros de la Corte de una sola terna y ambos (senadores y diputados) terminarán sus hazañas con la repartija en Contraloría entre oviedistas y liberales.

En otras palabras, se pusieron a la misma altura de la caca de Calé, que sigue desafiando a la Constitución y la justicia como si se tratara de un ser superior al común de los paraguayos y al cual, sin embargo, tratan de parecerse diputados y senadores, además de algunos miembros del Consejo de la Magistratura. Solo falta que para salirse de este embrollo tengan que recurrir nuevamente al personaje que los empujó a esta lamentable situación.

Fuente:ABC Color (12 de Diciembre de 2010)

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