martes, 21 de diciembre de 2010
Todos quieren, pero nadie da garantías de que llegará
La Fiscalía General del Estado se volvió la niña bonita de la Justicia.
No es para menos. Presidir el Ministerio Público otorga un poder fáctico y político, además de otros estímulos necesarios, de los cuales varios de ellos pueden ser utilizados con un afán netamente personal.
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