Por Alfredo Boccia Paz |
Hay un ritual parlamentario que me fascina por su completa futilidad. Me refiero a los pactos para la conformación de la mesa directiva del año siguiente. Se suelen firmar cada año y jamás se cumplen. Es ese un ejercicio tan inútil como el de tratar de entender el criterio utilizado para ungir a uno de ellos como presidente de la respectiva Cámara.
Leer nota completa... (Última Hora 19/06/2010)
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